¿Qué es la identidad social y cómo nos influye?

Personas con carteles con interrogación


Cada persona es diferente. Todos tenemos diferentes vivencias, que combinadas con una genética específica, constituyen lo que se entiende como mente. Al tener una mente diferente, cada persona desarrolla una identidad personal propia. Sin embargo, las personas somos seres sociales, y como tales estamos en continua interacción con otras personas. En esas interacciones se forman redes sociales que dan lugar a grupos sociales.

Los grupos sociales son diversos y variados y generalmente pertenecemos a varios. Algunos no los podemos elegir, la pertenencia a otros es voluntaria. La pertenencia a estos grupos va a determinar en parte cómo somos y cómo nos comportamos porque cuando pertenecemos a un grupo tendemos a interiorizar sus normas y valores. Así, mediante diferentes procesos sociales desarrollamos lo que se denominan identidades sociales.

La identidad social

De la pertenencia a esos grupos sociales va a surgir una identidad social (Tajfel, 1981; Tajfel & Turner, 2005), una de cada grupo con la que nos vamos a identificar en mayor o menor grado. De este modo, vamos a tener una identidad personal y varias sociales (Deaux & Martin, 2017).

La saliencia de cada identidad va a hacer que una u otra sea más importante en diferentes momentos. Así, si nuestra identidad nacional se hace más saliente debido a algún evento, nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos van a estar más condicionados por esa identidad. La adopción de una identidad social por un miembro del grupo triunfará sobre su identidad personal a medida que se convierta en una extensión del colectivo.


Manos de personas agarradas


La identidad social son los aspectos de la propia imagen que se derivan de categorías sociales a las que creemos pertenecer (Tajfel & Turner, 1986). Así, cuando nos definimos como hombres o mujeres apelamos a nuestra identidad social de género y, al hacerlo, las actitudes, normas y conductas propias de nuestro grupo social pasan a formar parte de nuestra identidad personal.

Las identidades sociales tienen ventajas que las hacen beneficiosas. Así, las identidades sociales cumplen funciones psicológicas básicas como la pertenencia, el carácter distintivo, el respeto, la comprensión o significado y la agencia (Fiske, 2000; Tajfel & Turner, 1979, 1986). Por ejemplo, la identidad social confirma que uno pertenece a un lugar particular del mundo social.

Al mismo tiempo, también nos indica a que lugares no pertenecemos. Nos indica que somos parecidos a otras personas que nos van a mostrar respeto, pero diferentes de otras. Además, la identidad social proporciona una visión del mundo compartida desde la que puede ser interpretado y comprendido. Por último, la identidad social nos señala que no estamos solos ya que contamos con el apoyo y la solidaridad de otros miembros del grupo.

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